Duele. Duele mucho. Como
un cuchillo clavándose sobre la misma herida una y otra vez. La
agonía de no tenerte me acompaña cada día, martilleando mi mente
al recordarme que no estás. La esperanza queda ya acorralada en un
rincón de mi ser, ahogándose con cada nuevo día. Creo que ya no
está. El dolor me ha atrapado en su espiral más cruel, azotándome
con cada recuerdo, estrangulando mi imaginación.
Hoy es un día difícil,
pero no más que mañana. Solo queda algo que me mantiene viva. Algo
más fuerte que nunca, más dulce, sincero, real y desesperado: mi
amor por ti. Solo el tiempo nos separa. Maldito sea. NUESTRO tiempo.
Solo nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario