23 de junio de 2013

Duelo


Cómo se afronta la pérdida del ser amado, cómo. Cuanto más te empeñas en olvidar, más recuerdas. Por muchos cambios que hagas, por muy distinta que intentes hacer tu vida, él siempre está en tu mente. Y si sencillamente no quieres olvidar, qué haces. Sabes lo que te conviene pero te niegas a creer en ello, prefieres soñar con su regreso cada noche para llorarle cada mañana. Prefieres la tortura de una espera, quizás interminable, que la idea de su pérdida definitiva. La realidad es que él ya no está, o igual está en todos los sitios que miras, en cualquiera de sus formas duele. Pero lo peor de todo es la resignación, la impotencia, la pasividad, la contención para no seguirle al fin del mundo. Rezas por cruzártelo en cualquier esquina y después suspiras aliviado por no haberlo hecho.

No, definitivamente no eres capaz de afrontar que le has perdido. Por eso solo te queda aprender a vivir con el frío dolor de su ausencia. No se, puede que algún día el calor vuelva a tu corazón, puede que algún día puedas volver a amarle. Probablemente no.


15 de junio de 2013

Érase una vez


Recuerdo aquel día como si fuera ayer mismo: una más que calurosa tarde de verano. El destino decidió poner en mi camino a un niño. Pero no era cualquier niño, aquel emanaba una vitalidad cuanto menos contagiosa, sus ojos desprendían una luz tan brillante digna de una mañana de Navidad. Y qué decir de su sonrisa... bendita sonrisa. Le faltaba cara para abarcar tanta alegría. Tan solo pude contemplarle unos minutos antes de que desapareciera, aunque suficientes para activar algo dentro de mi.

Ese algo fue creciendo, probablemente en forma de obsesión. No podía dejar de pensar en él, hacía todo lo que fuera por volver a cruzarnos de la manera más casual posible. Su mirada, a veces tímida, y su sonrisa, siempre cautivadora, empezaron a despertar en mi cierto amor incondicional hacia él. De su mano comencé a descubrir su mundo, un mundo de maravillas, de magia, un mundo donde todo era posible, donde él hacia que todo fuera posible. Diría poco a poco, pero la verdad es que fue mucho más rápido y precipitado de lo que nunca hubiera imaginado, cuando quise darme cuenta ya formaba parte de él. Cual presa de un hechizo yo le seguía allá por donde fuera, mientras hacíamos camino juntos, descubriendo lugares, a veces recónditos, pero siempre desde esa perspectiva tan mágica. Lo que empezó siendo todo un descubrimiento acabó convirtiéndose en una forma de vivir. Jamás hubiera pensado que aquel niño iba a darme tanto...

Quizás demasiado... Pero la realidad en su estado más puro (duro) se plantó en mitad de su camino para hacerle dudar incluso de lo que él entendía por real. Esa niñez que le caracterizaba, y que tanto me apasionaba, esta vez le jugó una mala pasada. Arrasó de lleno los pilares del mundo en el que vivía ajeno a toda realidad, destruyendo al niño de ojos brillantes y sonrisa eterna. Un adulto rodeado de escombros dentro de un mundo que parecía no entender es a lo que tenía que enfrentarse. No parecía muy dispuesto a hacerlo, pues no encontraba el cómo. No importaban las palabras que pudiera dedicarle, ni las manos que intentara tenderle, todo era en vano, él ya había perdido la “chispa”.

Ahora soy yo la heredera del mundo que él me descubrió, mundo en el que los límites solo estaban en nuestras mentes. Es por eso por lo que jamás dejaré de intentar que regreses aquí conmigo, porque sin ti esto no brilla de la misma manera.

Creo que cada vez está más cerca, puedo sentirlo. Solo un click...