20 de febrero de 2013

Tiempo


Duele. Duele mucho. Como un cuchillo clavándose sobre la misma herida una y otra vez. La agonía de no tenerte me acompaña cada día, martilleando mi mente al recordarme que no estás. La esperanza queda ya acorralada en un rincón de mi ser, ahogándose con cada nuevo día. Creo que ya no está. El dolor me ha atrapado en su espiral más cruel, azotándome con cada recuerdo, estrangulando mi imaginación.
Hoy es un día difícil, pero no más que mañana. Solo queda algo que me mantiene viva. Algo más fuerte que nunca, más dulce, sincero, real y desesperado: mi amor por ti. Solo el tiempo nos separa. Maldito sea. NUESTRO tiempo. Solo nuestro.