A mi amor,
Al final no fui capaz de hacerte
entender el sentido de la vida. Puede que fracasara en el intento
pero si hay algo que verdaderamente conseguí es amarte, amarte en el
sentido más puro de la palabra. Espero haberte transmitido algo de
este espíritu joven, soñador y loco que me acompaña. Sigo pensando
que no has aparecido en mi vida por casualidad y puede que por eso
cada momento a tu lado haya sido un regalo. Así que no me pidas que
renuncie a aquello en lo que creo, aquello por lo que siento.
Siempre voy a llevarte conmigo, por muy
lejos que vaya, echaré de menos cada centímetro de ti. Créeme que
si pudiera hacer algo por mantenerte junto a mi ya lo habría hecho,
pero tú eres el único que puede ponerle otro final a esta historia.
Ahora solo espero que no sea verdad eso de que vas a renunciar al
amor y a la felicidad, porque jamás te lo podría perdonar. Date
tiempo para pensar, sobre todo para sentir, y para reordenar tu
cabecita. Porque si algo está claro es que nada volverá a ser como
antes.
Me parte de dolor que no existan
palabras para pedirte que me quieras incondicionalmente como yo te
quiero a ti. Aún así nunca nunca nunca voy a olvidarte, eres de las
personas más importantes que han aparecido en mi vida. Y por eso y
lo mucho confío en ti, siempre tendré la esperanza de vivir una
maravillosa vida a tu lado, tu y yo.
Te lo he dicho mil veces y nunca me
cansaré de repetírtelo, no te condenes a ser infeliz.
Te quiero con locura, te quiero como
nunca seré capaz de volver a querer a nadie. No me olvides nunca por
favor...
Siempre tuya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario