16 de diciembre de 2013


A mi amor,


Al final no fui capaz de hacerte entender el sentido de la vida. Puede que fracasara en el intento pero si hay algo que verdaderamente conseguí es amarte, amarte en el sentido más puro de la palabra. Espero haberte transmitido algo de este espíritu joven, soñador y loco que me acompaña. Sigo pensando que no has aparecido en mi vida por casualidad y puede que por eso cada momento a tu lado haya sido un regalo. Así que no me pidas que renuncie a aquello en lo que creo, aquello por lo que siento.
Siempre voy a llevarte conmigo, por muy lejos que vaya, echaré de menos cada centímetro de ti. Créeme que si pudiera hacer algo por mantenerte junto a mi ya lo habría hecho, pero tú eres el único que puede ponerle otro final a esta historia. Ahora solo espero que no sea verdad eso de que vas a renunciar al amor y a la felicidad, porque jamás te lo podría perdonar. Date tiempo para pensar, sobre todo para sentir, y para reordenar tu cabecita. Porque si algo está claro es que nada volverá a ser como antes.
Me parte de dolor que no existan palabras para pedirte que me quieras incondicionalmente como yo te quiero a ti. Aún así nunca nunca nunca voy a olvidarte, eres de las personas más importantes que han aparecido en mi vida. Y por eso y lo mucho confío en ti, siempre tendré la esperanza de vivir una maravillosa vida a tu lado, tu y yo.
Te lo he dicho mil veces y nunca me cansaré de repetírtelo, no te condenes a ser infeliz.

Te quiero con locura, te quiero como nunca seré capaz de volver a querer a nadie. No me olvides nunca por favor...



Siempre tuya.

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